U2 a veces no es tan honesto
A pesar de que el rumor de un nuevo concierto de U2 en México para mayo próximo, ha causado revuelo en sus fanáticos aztecas, sin que hasta ahora se haya confirmado tal información, la banda originaria de Irlanda me sigue causando, como hace más 20 años, dudas tremendas sobre su honestidad con la industria musical y su acostumbrada retórica sobre los problemas mundiales.
Tiene tiempo que vengo cuestionando a U2, principalmente porque entran en el famoso dicho de que no se puede servir al mismo tiempo a Dios y al diablo.
¿Qué quiero decir con esto? Simplemente que por un lado Bono aparece ante las cámaras de MTV luciéndose en África como todo un luchador social, y en la siguiente gira gastan millones de dólares en escenarios gigantescos, restregándole en la cara a sus competidores que son multimillonarios exitosos del rock, al estilo de los Rolling Stones, aunque estos últimos no entran en la hipocresía de luchar por los más pobres.
Todavía recuerdo cómo se fueron americanizando con el infame “Rattle and hume”, dejando atrás toda la belleza musical que habían creado con “Unforgettable Fire” y “The Joshua Tree”, con ese estilo europeo que me dejaba boquiabierto y todavía les creía todo su mensaje pacifista, como cuando dejaron su huella en el legendario concierto Live Aid.
Más ventas, más hits, más conciertos, escenarios más grandes (insisto), todo eso los convirtió en lo que son, unos superestrellas, pero no unos luchadores sociales, creo que U2, pero en especial Bono, esa pose debería dejarla por la paz, porque no tienen ni idea de lo que realmente padece un pobre y los países ricos no están dispuestos a disculpar deudas.
Pero en esta gira, su gran escenario ya entró dentro de lo ridículo, lo que me hace pensar que sus extravagancias ahora están sobrepasando su música, han perdido el equilibrio de su mito. Su último álbum no causó el impacto que esperaban, y tanto MTV como VH1 han preferido pasar otras cosas.
Pero hay unas declaraciones que todavía recuerdo como si fuera ayer, cuando en una ocasión Bono despreció a las bandas de rock que convertían el escenario en un circo, y sin decir nombres yo sabía muy bien que se refería a Kiss, porque en ese tiempo la banda de los pintarrajeados precisamente estaban en su gira “Pshyco Circus” .
Gene Simmons de Kiss, un poco harto de estas críticas, también mandó una respuesta a U2, declarando que las bandas que hacían política con el rock, tenían todo el riesgo de caer en lo ridículo.
A final de cuentas Kiss siempre busca el dinero de sus fans, a costa de riffs, explosiones y sangre, mientras que U2 hace lo mismo con sus pantallas enormes, pero con su retórica disfrazada de paz para ganar millones de dólares.
Aunque aclaro, que no me guste U2 después del “Joshua Tree” no quiere decir que millones de fans estén equivocados musicalmente, simplemente lo que reclamo es que acepten que si hacen buena música es para hacer dinero, no para ayudar a la humanidad.
Otros ejemplos de deshonestidad en el rock:
Metallica criticaba a las bandas que hacían videos, decían que no necesitaban imágenes con su música. Eso declaraban cuando hicieron “Master of Puppets”, después con el disco “Load”, en los videos hasta Kirk Hammet salió maquillado. Y para colmo a Lars Ulrich se le olvidaron sus raíces underground, cuando demandó a sus propios fans por bajar sus canciones.
Oasis: Su ya mencionada separación es la publicidad más desgastada de los últimos tiempos, y lo que no puedo creer es que los medios todavía lo crean. No lloren fans de Oasis, los hermanitos regresarán, sólo fue un intento desesperado por generar interés ante tanta competencia.
Aerosmith: Joe Perry sacó las uñas esta semana, cuando declaró que estaba molesto porque se canceló la gira por la caída de Steven Tyler. Los famosos “gemelos tóxicos” están en las últimas (por su edad y sus excesos ), mejor hubieran mantenido la ilusión de sus fans de que son un equipo. Ahora le doy la razón a Liv Tyler, hija del cantante de Aerosmith, cuando declaró que a su padre lo humillaban sus compañeros de banda.
Billy Idol: Cuando salió al mundo de la música, declaraba que era un punk, cuando era simplemente un rocanrolero con pelos parados y que hacía buenos temas. Me hartaba que siguiera insistiendo que era muy rebelde, nunca le creí y para su mala fortuna terminó haciendo discos de Navidad. De todas formas le deseo toda la suerte del mundo.
Keel: Esta banda era comandada por un tal Ron Keel, quien al ver que fue un fracaso en el glam-rock, prefirió tocar música country. Lo curioso es que hasta cambió su forma de hablar como todo un ranchero, realmente fue patético.
Van Halen: Cuántas veces vi cómo vociferaba Edward Van Halen contra David Lee Roth, que cuando tocaron nuevamente juntos, pensé, qué hipócritas. Ahora el guitarrista ignora a Sammy Hagar y a Michael Anthony, lo que me hace pensar que ese tipo debe ser duro de tratar.
Sepultura: En la actualidad esta banda no tiene ni a Max ni a Igor Cavalera, que fueron los hermanos fundadores de este mítico grupo de metal, pero el nombre se sigue utilizando y el único miembro original es Andreas Kisser. ¡Dios mío, que alguien les diga que se están engañando desde hace mucho tiempo!
Black Sabbath: Cuando sale Dio de esta banda, quien sustituyó en las vocales a Ozzy Osbourne, Tony Iommi conformó las alineaciones más extravagantes que se pueda uno imaginar, y siguió utilizando el nombre del grupo, mientras las arenas ya no se llenaban y tenían que ir cancelando fechas. En estos tiempos mejor se llaman Heaven and Hell y Dio regresó. ¡ Por suerte!
Ozzy Osbourne: Cuando sacó su reality en MTV, “The Osbournes” , el príncipe de la oscuridad se volvió el bufón más grande del rock. De hecho desde esa serie que le generó millones de dólares, dejó de hacer buena música y ya no ha producido ningún clásico. El que tomó fuerza fue su guitarrista Zakk Wylde, quien hizo un grupo por cualquier cosa que pasara y ya pasó (ya no toca con Ozzy).
Gustavo Cerati: Ya no iba a escribir más, pero no se podía escapar un tipo que siempre que le preguntan de Soda Stereo se enoja. Por esa banda te conocemos, deberías valorar más tu pasado, como lo hacen tus ex compañeros.